A veces no todo sale como tú quieres, por eso debemos afrontar las cosas con nuestra sonrisa más grande y ver la vida con ilusión, para demostrar que no nos rendimos con facilidad y que por mucho tiempo que pase siempre seremos unos niños, unos niños que nunca perderán del todo su inocencia.
Así que cuando algo o alguien te haga sufrir no agaches la cabeza, levantala, mira la situación de frente y sé valiente...
Y si lo ves muy difícil, al menos, disfraza tu dolor con una sonrisa para evitar el sufrimiento de los tuyos.