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Creedme cuando digo que en 2º de Bachillerato no me sobra mucho tiempo para escribir por aqui ... ¡GRACIAS POR ENTRAR!

lunes, 20 de junio de 2011

un repasito a esto...

Desde febrero sin pasarme por aquí, y ahora, ala, a soltar un royo filosófico. Lo siento pero es lo que hay. En estos meses han pasado de cosas... mis amigas me prepararon una caja INMENSA por mi cumpleaños, hemos ido al concierto de Dani Martin en Sevilla (hace apenas 2 días), hemos pasado otra feria, me han dado una beca para irme a Bristol este verano, se ha casado Navas, se ha separado Bisbal, me he confirmado, Manzanares consiguió el indulto de un toro en la Maestranza (creo que el segundo en la historia de esta mítica plaza)... y mil cosas más que ahora mismo ni recuerdo.

Pero a lo que yo iba era a esto: A 4 días escasos de terminar el curso, Rosario, nuestra profesora de filosofía, nos pide que escribamos acerca de su asignatura, pero no de lo que hemos estudiado a lo largo del año, que sería lo fácil, sino de lo que entendemos nosotros por filosofía, de nuestros pensamientos filosóficos, vamos en resumen, quiere que seamos filósofos por un ratito, o al menos eso es lo que yo he entendido. 
Pues bien, podemos definir filosofía, por ejemplo, como todas las preguntas a las que nunca podremos responder, porque si la respuesta fuera posible, ya no sería una cuestión filosófica, sino científica. Hemos tratado los pensamientos filosóficos de varios pensadores: Sócrates, Platón, Aristóteles, Santo Tomás, Descartes, Kant, Nietzsche, Ortega y Gasset… todos diferentes y a la vez parecidos, porque buscan ir más allá de lo que la ciencia nos permite conocer, el sentido de las cosas y no solo su funcionamiento. Como hemos podido ver, dependiendo de la época histórica a la que pertenece cada filósofo su forma de ver las cosas es de una manera u otra, pues no pensaba igual Sócrates, pensador de la antigua Grecia, que Fernando Savater, catedrático de filosofía en la Universidad Complutense de Madrid de nuestro propio siglo. En eso es en lo que yo me intento basar para escribir esto, alegando que por más que mi profesora de filosofía me muestre las ideas de los filósofos más célebres, me resulta imposible compartirlas, e incluso a veces respetarlas. Yo puedo ser filósofa, por qué no, pero a mi manera, con la mentalidad de una niña de 17 años que en pleno siglo veintiuno lo que quiere es pasarlo bien a la vez que trata de labrarse un futuro. Por ejemplo, me pueden explicar una y otra vez que Nietzsche con su filosofía del martillo pretende acabar con todo para crear un superhombre, pero yo me pregunto ¿y si acaba con todo, que nos queda?, o que para Platón existen dos mundos, el sensible y el de las ideas, y que en ese mundo racional que es el mundo de las ideas están absolutamente todos las ideas que el ser humano tuvo, tiene y tendrá, algo así como una selección que yo nunca llegaré a entender, o eso que dice Hobbes de que “el hombre es un lobo para el hombre” ¡ni que fuéramos por la vida comiéndonos los unos a los otros”, es que son cosas que a muy pesar mío, me resultan totalmente absurdas. Aún así por mi cabeza rondan varios pensamientos de los que ya hablaron algunos de esos filósofos y poetas anticuados, como es la maravillosa filosofía del “Carpe diem”, acuñada por Horacio, pues soy partidaria de que tenemos que aprovechar el momento, ese momento único e irrepetible que solo viviremos una vez en la vida. También comparto una filosofía que habla de la fuerza de voluntad, eso de “si quieres, puedes”, los mecanismos inconscientes de los que hablaba Shoppenhauer, pues supone un subidón tremendo en los malos momentos y te hace creer en ti mismo, algo imprescindible para llegar donde realmente quieres. Pero una de mis filosofías favoritas es que “la vida es bella”, algo a lo que trato de ser fiel siempre, en lo que intento pensar continuamente. Esto es por una película dirigida por el actor italiano Roberto Benigni que narra la historia de un padre y un hijo reclutados en un campo de concentración nazi y nos demuestra que incluso en los peores momentos puede haber algo que te arranque una sonrisa y te haga sentirte bien. Esta sea quizá mi filosofía de vida favorita, pues vida solo tenemos una y tenemos que aprovecharla al máximo, aunque a veces las cosas se tuerzan, como dice Dani Martín en su canción Mira la vida: “Mira la vida que regala todas las flores que tiene aunque algunas las arranque con dolor”. Y hablando de sonrisas, tengo una frase que más de una vez me ha subido la moral: “Iniziate la giornata con un sorriso, e vedere che cosa è divertente andare in giro in sintonia con il mondo”, viene a decir, básicamente, que lo primero que debemos hacer por la mañana es sonreír para ver el mundo de forma diferente. En resumen, podemos decir que mi filosofía, aunque sea mía, utiliza frases, trocitos de canciones y títulos de películas de otras personas, pero que al fin y al cabo, soy yo la que le da la forma que quiero y la que la utiliza para vivir como, en mi parecer, es mejor.